jueves, 11 de diciembre de 2014

“INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA”: UNA DE LAS PATOLOGÍAS MÁS FRECUENTES EN PEQUEÑOS ANIMALES

 
Esta semana os vamos a hablar sobre la que es la patología renal más frecuente en perros y gatos geriátricos: La Insuficiencia Renal Crónica o IRC.
 
Llamamos Insuficiencia Renal a cuando dejan de funcionar, aproximadamente, un 75% de las nefronas (unidades estructurales y funcionales básicas del riñón, responsable de filtrar la sangre). Y es Crónica, cuando la pérdida de esta funcionalidad del tejido renal, es progresiva e irreversible.
 
·         CAUSA:
La causa de que esta patología aparezca es difícil de determinar. Hay algunos autores que lo relacionan con alteraciones inmunológicas, causas inflamatorias o infecciosas, alteraciones hereditarias o congénitas, etc…
 
·         ¿QUÉ PRODUCE ESTA PÉRDIDA DE FUNCIONALIDAD DEL TEJIDO RENAL?:
Por lo que hemos dicho anteriormente, las nefronas dejan de funcionar y por lo tanto, disminuye la filtración de sustancias tóxicas de la sangre (amoniaco, creatinina, urea…). Estas sustancias empiezan a acumularse en sangre y aparecen síntomas como son: vómitos, anorexia, pérdida de apetito, mal aliento, úlceras orales, aumento de la producción de orina y consumo de agua, apatía, etc…
Además de la eliminación de las toxinas, el riñón tiene un papel importante en la formación de hormonas, como por ejemplo la eritropoyetina (conocida como EPO). Si se disminuye la producción de esta hormona, contribuirá a la aparición de anemia, ya que es la principal responsable de la formación de los glóbulos rojos.
En casos más avanzados puede aparecer proteinuria (eliminación de proteínas por orina), infección del tracto urinario, hipertensión arterial y lo que ésta conlleva (alteraciones oculares como ceguera, hemorragias y desprendimiento de retina), alteraciones neurológicas, cardiovasculares, musculares, etc...
 
·         ¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?:
Lo primero que se debe hacer, es realizar una buena Historia Clínica con toda la sintomatología que presente el animal, además de edad y raza, y una buena Exploración Física; lo que nos ayudará a poder encaminarnos hacia una lista de posibles diagnósticos.
 
Con estas pistas, nos decidiremos a hacer una serie de pruebas complementarias. Lo primero sería hacer una Analítica Sanguínea Completa y un Análisis de Orina.
-         Analítica Sanguínea à Podremos ver anemia, aumento de los glóbulos blancos, Creatinina y Urea elevadas, aumento del Fósforo y déficit de Potasio.
 
-         Análisis de Orina à Veremos orinas muy poco concentradas, con presencia de proteínas (dependiendo del grado de severidad de la IRC).
Una vez realizadas estas pruebas, podremos completar el diagnóstico con una Ecografía Abdominal, donde podremos ver la corteza renal fruncida y con aumento de ecogenicidad (debido a la reposición de las nefronas por tejido conectivo fibroso).
 
·         ¿CÓMO SE TRATA?:
El tratamiento de la Insuficiencia Renal Crónica no va encaminado a curar la enfermedad, si no a mejorar la calidad de vida evitando que el animal tenga síntomas, y a prevenir la progresión de ésta.
Lo primero que deberemos hacer para diluir todos esos tóxicos presentes en la sangre, es instaurar una terapia con fluidos intravenosos. Además de añadir los fármacos correspondientes en función de los síntomas que tenga el animal (antibióticos si hay infecciones de orina, antieméticos y protector gástrico si presenta vómitos, suplementar con potasio si tiene déficit, añadir fármacos que eliminen el fósforo si hay aumento de él, y tratamiento para la hipertensión si la presenta), y establecer una dieta renal apropiada.
 
 
·         PRONÓSTICO:
El pronóstico es bastante incierto, ya que varía mucho en función de cuándo diagnostiquemos la enfermedad. El objetivo principal, como hemos dicho antes, es mantener a los animales con valores renales estables y que no les produzcan síntomas.
A diferencia que en medicina humana, en veterinaria la diálisis y los trasplantes no se hacen de manera rutinaria, aunque se está empezando a probar.
 
Por lo tanto, como siempre os recomendamos que a la más mínima duda de que vuestro amigo no esté bien, acudir a vuestro centro veterinario de confianza.
 
 
Ya sabéis… “Más vale prevenir que curar”


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