Considero que todos aquellos que nos dedicamos a la
Veterinaria tenemos la vocación como finalidad, porque no podríamos dedicarnos
a ninguna otra cosa y ser felices, porque necesitamos este mundillo para
disfrutar cada día. Pero eso no justifica muchas de las cosas a las que nos
tenemos que enfrentar si quieres ejercer tu profesión en España.
Me voy a centrar en mi propia experiencia en la clínica
de Pequeños Animales, así que pido disculpas adelantadas si compañeros de otros
ámbitos consideran mi reflexión poco acertada.
Recuerdo empezar la carrera llena de ilusión, deseando
poder acercarme a un perro y saber diagnosticar “algo”, deseando ser la mejor
veterinaria y poder diferenciar cualquier enfermedad sin dudar; pero poco a
poco te vas dando cuenta de que no es así, que no todo es tan fácil y por
muchas ganas que tengas y muchas horas que le dediques no siempre es un
objetivo alcanzable.
Te pasas 5 años tu vida (en el mejor de los casos)
aprendiendo absolutamente todo acerca de la Medicina Veterinaria, intentando
recordar donde se insertaba el músculo esterno-cefálico, cómo era la placenta
en yeguas, cuánto duraba la gestación en las cabras, periodo de incubación de
la Listeriosis… y cuando por fin acabas, haces todas las rotaciones en el
hospital, aprendes a meter todo el brazo en el recto de la vaca como si fuera
algo de tu día a día y te pones casi bizca mirando al caballo trotar para ver
de qué pata cojea; terminas y te enfrentas con la realidad, que no hay casi
opciones laborales.
He encontrado ofertas de trabajo por 500 y hasta 300
euros brutos al mes por trabajar jornada completa, urgencias y fines de semana,
ofertas de trabajo en las que consideran que no necesitan pagarte porque “ya te
están enseñando suficiente” u ofertas en las que te exigen ser autónoma, tener
experiencia de 10 años, total destreza tanto en consulta como en cirugía para
pagarte 600 euros al mes.
Y no me malinterpretéis, no me dedico a la Veterinaria
por el dinero, como he empezado diciendo, creo que todos estamos en esto por vocación,
pero yo solo con vocación no como, no pago mis facturas ni puedo pensar en un
futuro. Porque es eso y solo eso lo que pido, un sueldo digno de nuestros
conocimientos, de nuestro esfuerzo académico y de la responsabilidad que
tenemos que afrontar cada día, un sueldo que me permita independizarme y poder
pensar en tener una familia y de vez en cuando hasta darme algún capricho.
Porque, no sé vosotros que estáis leyendo, pero a mí con 500 euros brutos al
mes solo me da para subsistir.
Pero la triste realidad es que en muchas ocasiones, te
sientes afortunada si te cogen en una de estas ofertas de trabajo tan “generosas”
porque sabes que hay otros 20 ó 30 que se han quedado por detrás y que estarán
encantados de coger el puesto si tú decides negarte y pelear por tus derechos.
Y sigo hablando sólo de mi experiencia, pero ¿Cómo es
posible que ganara más trabajando de dependienta en una tienda de deportes
durante mis años de carrera, con nula cualificación y ninguna responsabilidad,
que ahora como Licenciada Veterinaria con 5 años de estudios y toda la
responsabilidad sobre la salud de mis pacientes?
Hay gente que dice que se debe a que cada año se
licencian demasiadas personas, que en España tenemos demasiadas Facultades de
Veterinaria, otros dicen que es nuestra culpa porque no nos plantamos y
luchamos por nuestros derechos, no lo sé, pero considero que no es justo, todos
nos merecemos un trabajo digno, porque por triste que parezca, es lo único que
pedimos, un trabajo digno donde poder esforzarnos cada día, trabajar al máximo
y poder ejercer nuestra profesión que tanto nos ha costado.
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