domingo, 22 de febrero de 2015

El milagro de la paciencia: La rehabilitación

...Un perro sonriendo durante su rehabilitación...
En la medicina veterinaria, muchas veces pecamos, tanto los propietarios como los veterinarios, de falta de paciencia.
Nos hemos acostumbrado al ritmo del siglo XXI, y queremos resultados al instante,
No obstante, hay patologías que no podemos curar con una medicina, ni con tres ni diez. Hay enfermedades crónicas que tenemos que tratar con el tiempo y con mucha paciencia.
Enfermedades neurológicas, enfermedades musculares y óseas, traumas, fracturas, artrosis... A todos nos suenan esas patologías, porque lamentablemente las vemos a diario tanto en humanos cómo en animales.
Todas esas enfermedades tienen una cosa en común: con rehabilitación mejoran.
Solemos olvidarnos de la ventaja que suponen un par de ejercicios diarios o semanales para muchos tipos de enfermedades crónicas.
Tomemos un ejemplo que la mayoría de los dueños de perros de tamaño grande conocerán:
La Displasia.

La displasia de cadera o de codo es el gran enemigo de razas como los Golden Retrievers, Labrador Retriever, Pastor Alemán, Mastín, Rottweiler o el Gran Danés. Estas razas son las más propensas a tener esta enfermedad, sin embargo no podemos descartar la aparición de la displasia en todas las demás razas.
La displasia es una enfermedad degenerativa o bien en la articulación coxofemoral (displasia de cadera) o en la articulación del codo dónde se produce una anomalía en la formación de la escotadura troclear del cúbito ( la parte del cúbito que articula con el húmero) lo cual repercute en las relaciones entre los dos huesos y el radio ( el tercer hueso del codo), esto significa que los huesos que conforman la articulación de la cadera o del codo no se encuentran alineados correctamente y por lo tanto no van a poder realizar las rotaciones y giros de forma natural.

Dado que los huesos de la articulación acaban rozando uno con otro, el animal nota dolor, que se suele manifestar en forma de cojera o adoptando posturas antiálgicas, es decir, posturas que adopta el animal para evitar sentir dolor.

La displasia acaba siendo una enfermedad crónica, que si bien muchas veces tiene tratamiento quirúrgico y médico, no llega a curarse al 100%. Suele empeorar con la edad, pudiendo llegar a desarrollarse artrosis (desgaste del cartílago entre los huesos debido al aumento del roce por la incongruencia en la articulación), disminuyendo así aún más la movilidad de la articulación afectada y aumentando el dolor.

Psico antes de su sesión de piscina
Cómo ya he mencionado, hay muchos tipos de tratamientos pasando desde una visita al quirófano, por condroprotectores, hasta llegar a piensos especiales. No obstante quiero destacar la importancia de la rehabilitación para este tipo de enfermedades.
Masajes, hidroterapia, paseos, calor... son algunos de los ejemplos que encontramos dentro de la fisioterapia y la rehabilitación, consiguiendo que un animal con dolores agudos que le impiden andar con normalidad, pueda volver a correr sin que eso le cueste una tarde de cojeras insufribles.

Uno de los ejercicios más recomendables y con mejores resultados a largo plazo son las sesiones semanales de piscina. Aunque por motivos de tiempo o económicos no se puedan realizar tan a menudo, estás sesiones son muy efectivas incluso realizándolas en intervalos de tiempo más largos, ayudando a que la articulación vuelva a conseguir la rotación completa, empleando el animal de nuevo toda la pata para apoyar y caminar.

Los Masajes para relajar músculos tensados por las posturas antiálgicas, sesiones de calor, que ayudan al animal a relajarse y a bajar la inflamación de la zona disminuyendo el dolor o paseos al trote, que ayudan a muscular la zona para que la articulación sufra menos son variaciones más cómodas para los dueños y quizás más asequibles, que manteniendo una constancia pueden mostrar grandes mejorías en la mascota.

Con tiempo y paciencia, un animal puede llegar a tener una vida normal y sin apenas dolor, gracias a sesiones de rehabilitación y fisioterapia, junto con tratamiento médico.

No es necesario ir continuamente al especialista, el coste no tiene por qué ser muy alto. Una vez que veas cual es la rehabilitación idónea para tu mascota el veterinario te enseñará a hacer los ejercicios en casa, en el día a día.

El caso que he escogido, ha sido la displasia, pero he visto milagros con perros paralíticos (ver vídeo El Milagro de Zeus), perros que han sufrido una hernia, animales con extremidades amputadas, o cómo dije al principio con alteraciones neurológicas.

¿Dinero? Sí, a veces cuesta más de lo que nos gustaría. Pero sobretodo cuesta tiempo. 
Si tú pones de tu parte, nosotros, los veterinarios, vamos a poner todo de la nuestra. Y los animales, ponen toda su fuerza y energía.
¿Los resultados? Yo los llamo milagros. Los he visto con mis propios ojos. 
Lo veo cada día. 
Sesión de piscina






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